Ese día entraba al acto tercero
de este mi camino. Cielo barnizado
de albina tristeza, y tierra jugosa,
negra, enmacetada, bien aderezada
con humus, perlitas y vermiculita.
De ella, reposada, exhalando sueños,
se asomaba, tenue, una hebra esmeralda.
Dos cotiledones se abrían pasmados
en la punta humilde del báculo breve.
Era cual estrella manando del cieno,
en bóveda insomne, de barro, de grava.
Un tímido anhelo se enredó en mi pecho,
como una esperanza de barniz y tierra.
Antonio Escalante
Elia
Son bellos tus poemas Antonio, me encantan!
Un abrazo.
Antonio Escalante
Muchísimas gracias. 😄 Me alegra que te gusten. Tú también eres muy amable. Un abrazo.
Pippo Bunorrotri
👍👍