A mí, que titubeo gangueando
desde el olfato dulce que he perdido,
a mí, préstame oídos, Papá Legba.
Nutre mi verbo y llévalo en tus hombros
A mí, que titubeo gangueando
desde el olfato dulce que he perdido,
a mí, préstame oídos, Papá Legba.
Nutre mi verbo y llévalo en tus hombros
Un caballero de fuerza sobrehumana, enloquecido por un amor no correspondido, desahoga su dolor arrancando árboles de raíz con sus propias manos.
Otro asciende hasta la Luna, volando a lomos de una montura alada.
El globo falso
vuela entre negras aves.
Revienta el día.
Antonio Escalante