Texto original por: Dimitris Almyrantis

El trol debe, según me parece, cobrar un peaje (toll, en inglés) por el uso del puente.

Aquí en los Balcanes, hay una historia en muchos sitios e idiomas sobre unos albañiles que estaban construyendo un puente que colapsaba cada vez que lo terminaban. Luego de muchos intentos, oyen a unos pájaros (mensajeros del otro mundo) decir que la única manera de lograr que el puente aguante es sepultar a un alma dentro de este. Entonces echan suertes y el jefe de los albañiles pierde. Cuando su esposa llega para traerle comida, la engañan y la sepultan en el puente. Sepultada viva, la mujer le echa una maldición al puente para que muera todo el que pase por este. Los albañiles le recuerdan que su hermano está en el extranjero y que, si regresa, el puente lo matará. Esto la motiva a revertir la maldición y darle su bendición al puente.

La rima se perdió en la traducción:

«Ay de nuestro sino, dolor por nuestro destino.
Éramos tres hermanas, todas condenadas al infortunio.
Una fue empotrada en el Danubio, otra en el Éufrates
y yo, la última, en el puente de Arta.
Así como la hoja del corazón [el latido] tiembla, dejad que se sacuda el puente
y como caen las hojas de los árboles, dejad caer a los viandantes».

«Muchacha, cambia tus palabras,
pues tienes a un hermano al que amas que por aquí podría pasar».
Y sus palabras cambió, y dio otra maldición:
«Si las grandes montañas tiemblan, dejad que el puente se sacuda
y si las aves caen, dejad que los viandantes caigan,
pues tengo a un hermano en el exilio, por temor de que regrese».

Estoy conjeturando, pero me parece que el elemento común es que el puente transgrede una parte de la naturaleza (el río) a la que se le tiene que pagar lo que se le debe. Esto puede verse como una reacción temprana a la globalización. Los aldeanos eran sumamente conscientes de cómo los puentes y los caminos cambiaban por completo la forma en la que las personas se relacionaban entre ellas, pasándole por encima a viejos equilibrios establecidos por fronteras naturales que separaban a distintas comunidades. Ahora las leyes de los reyes, los asaltantes y sus queridos vecinos podían llegar hasta ellos con facilidad. De manera que pueden hacerle trampa a la naturaleza al no caer en el río, pero pagan un peaje (a menudo con sangre) a Dios por ese privilegio.

Es algo un poco parecido a cómo los rituales primitivos de cacería funcionaban como una plegaria para pedir permiso para matar al animal: un ritual de expiación por un pecado contra el orden natural. El hecho de que los forajidos pudieran esperar, de forma deliberada, debajo de los puentes, como «troles», es solo un caso concreto de esa regla general.

Y, materialmente, el espacio debajo del puente, unas entrañas oscuras y frías de agua que fluye, reproduce todo el encanto de un espacio de instrospección, a la vez que también es inherentemente peligroso y extraño. ¿En qué otro sitio se escondería un trol?

John Bauer, ilustración para el libro Among Gnomes and Trolls:

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Traducción de Antonio Escalante, originalmente publicada en Quora.com.

El texto original fue escrito en inglés por Dimitris Almyrantis en Quora.com, como respuesta a la pregunta: How did trolls become associated with bridges?

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